-


Una de las características que más se han destacado del
hipertexto es la posibilidad de establecer una estructura que se aleje de la
secuencialidad y del hilo discursivo lineal que imponían los medios analógicos y
soportes como el papel, el libro, etc. La tecnología hipertextual posibilita
enlazar nodos de información de cualquier tipo en forma
de red. Una red se caracteriza porque no tiene un centro determinado, sino
múltiples centros enlazados los unos con los otros. Los elementos que conforman
la estructura hipertextual: nodos,
enlaces y anclajes son la clave de esta
estructura reticular. Sin embargo, esta estructura en red se suele identificar
con un determinado tipo de relaciones eminentemente asociativas y semánticas,
como si la única estructura reticular posible fuera una red sin jerarquías y sin
líneas o secuencias temporales, graduales, causales, argumentales,
estructurales, etc.
 lineal
red asociativa
red jerárquica
red lineal con jerarquía Como hemos afirmado al
referirnos a otra cualidad del hipertexto, la
multisecuencialidad, esta creencia se debe al
impacto que, sobre el estudio del hipertexto, han tenido las reflexiones y
trabajos de los teóricos de la
narrativa hipertextual, con George Landown
como cabeza visible de esta corriente. Para algunos de estos críticos, la
estructura no lineal del
hipertexto vendría a ser una representación del pensamiento
humano, en la cual se plasma con mayor facilidad la digresión asociativa de
ideas. Para estos autores, la mente humana funciona por asociación de ideas y no
sigue un hilo lógico o discursivo lineal o, por lo menos, se trata de un hilo
multisecuencial.
Los primeros autores de esta nueva tendencia pusieron en práctica sus ideas
explorando las posibilidades de la narrativa no lineal
por medio de la construcción de hipertextos narrativos o
hiperficciones
a los que aplicaban una estructura meramente asociativa, sin ninguna jerarquía
ni línea argumental definida. Estos autores se apoyaban en los filósofos
postestructuralistas como
Barthes,
Derrida o
Foucault y su defensa de la obra
abierta u obra en contexto. Era el lector el que iba creando la obra por medio
de un viaje exploratorio y de descubrimiento a través de un camino no prefijado.
Se trataba, en realidad, de considerar que el texto se iba construyendo a medida
que el lector optaba, aleatoriamente, entre seguir uno u otro camino de entre
las bifurcaciones que se le presentaban. El énfasis se situaba en el
lector
y no
en el texto, pues era el primero el que creaba el texto por exploración,
encaminando sus pasos hacia una determinada ruta sin saber muy bien adónde le
conducirían sus pasos.
Pero la metáfora de la mente humana como
asociación de ideas ha llegado aun más lejos. Se ha llegado a hablar del
hipertexto y más en concreto, del gran hipertexto de la
World Wide Web, como de una representación metafórica de
ciertas partes del pensamiento colectivo o también como una representación de la
manera en que se
organizan e interconectan las neuronas del cerebro humano para desarrollar los
procesos cognitivos. La Web semántica junto
con
los agentes inteligentes, la sociedad funcionando
como un sistema nervioso central o cerebro global y compartiendo todo
ese conocimiento en la red, formarían la llamada
red global del conocimiento. Dejando
al margen estas disquisiciones metafóricas, es cierto que una estructura
reticular es la que mejor se presta para establecer relaciones de tipo
asociativo o semántico cuando no queremos priorizar o jerarquizar ninguna parte o ningún
nodo concreto de la red, pero ello no quiere decir que
las relaciones asociativas sean las únicas posibles en el hipertexto. Es más,
puede haber hipertextos sin relación asociativa alguna o, por el contrario,
hipertextos que, junto a este
tipo de relaciones asociativas presenten
relaciones de otro tipo que primen sobre las puramente asociativas, como por
ejemplo, un hipertexto estructurado jerárquicamente en su base estructural, pero
que también contenga relaciones por asociación. De igual manera, tampoco
podemos afirmar que el cerebro funcione únicamente por relaciones asociativas,
sino que junto a este tipo de relaciones, existe un pensamiento discursivo,
lógico, argumentativo y secuencial. Ambos tipos de razonamiento no son
excluyentes, sino que coexisten y, a veces, convergen apoyándose el uno en el
otro. red multisecuencial con jerarquía Quizás, este empecinamiento en defender la estructura
asociativa del hipertexto se haya debido, en parte, a la comparación de un medio
nuevo como es el hipertexto, con el de los medios analógicos tradicionales y,
así, mientras que un libro sólo podía seguir una estructura lineal mediante un
desarrollo temporal y secuencial,
había que hacer énfasis en que el hipertexto sí podía alejarse de la linealidad
impuesta por el los viejos soportes como el papel o
la película, puesto que el hipertexto sí permite construcciones asociativas,
además de las meramente discursivas y lineales. Cuando queríamos glosar un
texto, lo debíamos hacer en los márgenes del papel o en notas a pie de página,
pues era imposible introducir digresiones o comentarios sin romper el hilo del
discurso principal.

Red semántica o asociativa Pero, como hemos afirmado, la
estructura hipertextual no obedece solo a estas relaciones asociativas o
semánticas que son
las que mejor se prestan a un representación en
forma de red, sino que en un hipertexto se pueden -y suelen- establecerse otros
muchos tipos de relaciones más o menos estructuradas y que obedecen a relaciones
de tipo jerárquico y secuencial. La
estructura hipertextual es una estructura bastante compleja que
puede integrar en sí misma diferentes tipos distintos de organización de la información.
Un hipertexto no solo puede presentar una estructuración en forma de red por
medio de nodos encadenados los unos a los otros mediante relaciones asociativas
o semánticas, sino que junto a este estructura reticular asociativa,
puede presentar -y suele presentar como verdadera armazón estructural, formal,
navegacional y discursiva- una organización
secuencial o multisecuencial (esto es, lineal con alternativas) y/o una
estructura jerárquica. Una estructura hipertextual puede conjugar todas
estas estructuras en mayor o menor medida, y primar unas sobre otras, por lo que
sería incorrecto afirmar que la estructura de un hipertexto se limita a la
configuración de una red semántica o asociativa. Veamos
otros ejemplos de organización hipertextual diferentes de la estructura de red
semántica o asociativa:
 
Hipertextos jerarquizados
Lluis Codina en El
libro digital y la www resume de forma muy clara la estructura del
hipertexto como una red o malla con una estructura de 3 dimensiones:
"la lista tiene una sola dimensión, que es la que va de izquierda
a derecha (o de derecha a izquierda). La tabla tiene dos: las filas (de izquierda a
derecha) y las columnas (de arriba abajo). El hipertexto tiene 3 dimensiones: la primera dimensión es
la relación arriba/abajo o relación vertical que forma la estructura básica del
hipertexto. La segunda es la relación horizontal, que sirve para unir elementos
del hipertexto por asociación. La tercera, finalmente, es la que establece una
relación entre hipertextos distintos dentro de un docuverso o universo
documental".
Y así, resume así los 3 tipos de estructuras hipertextuales:
Estructura arbórea: estructuración de los diversos componentes del
hiperdocumento. Navegación vertical.
Estructura semántica: establecimiento de relaciones potencialmente
heurísticas entre las diversas partes del documento. Navegación horizontal.
Estructura lineal con alternativas: Estructuración de nodos o secciones
con contenido de tipo predominantemente explicativo o argumentativo.
Este mismo autor crea un modelo que denomina Hipertexto Múltiple sobre
Arquitectura Arbórea (HIMSA) cuya característica principal es, precisamente,
la combinación de varias estructuras en un solo modelo hipertextual y el uso de
otros componentes básicos de los sistemas de navegación, orientación contextual,
etc.

Este modelo estaría compuesto por:
En el hipertexto se suele hablar no
sólo de fragmentariedad,
sino también de desorientación. Sin embargo, es más fácil perderse por una red
semántica que por una red estructurada o jerarquizada, ya que la propia
estructura hipertextual tiene
sentido en sí misma y ofrece una visión de tal sentido. Por ejemplo, la
estructura puede proporcionar información sobre las
relaciones causales, espaciales, temporales, semánticas, de dependencia
jerárquica y secuencial, etc. entre los elementos
que la conforman. El hipertexto es una arquitectura en sí misma que crea
nuevas demandas de puntos de acceso, navegación y comprensión por parte del
usuario y que crea unas
condiciones de generación, organización y procesamiento de la información por
parte del autor.
Además de la estructura, la
dimensión tan vasta y compleja del documento hipertextual, sobre todo en la
Web,
pero también en hipertextos más pequeños, hace necesario un sistema de
navegación, búsqueda y recuperación de la información adecuados para evitar las consecuencias negativas de la
desorientación. De cualquier forma, la desorientación se puede evitar dotando
al hipertexto de una estructura interna coherente, por ejemplo,
estableciendo
una progresión y graduación de contenidos organizada de forma jerárquica, secuencial y asociativa, además
de contar con otras herramientas de navegación como
mapas o guías de navegación.
La complejidad de la estructura de un
hipertexto viene determinada no sólo por el tamaño total del hipertexto sino
también por la granularidad o grado de conexiones que contenga,
esto es, el número de nodos que participan en cada
extremo del enlace. La
complejidad también se debe a la existencia de una serie de variables como si
existe sólo texto o aparecen otras morfologías
multimedia como imágenes,
sonido, vídeo,
recursos audiovisuales, contenido dinámico, etc; si se apoya
en una o varias fuentes o soportes de almacenamiento (CD-ROM,
DVD, disco duro
de nuestro ordenador, etc.) y/o en las redes telemáticas; y en si se ofrecen no
sólo herramientas
de navegación, sino otros mecanismos
de interacción más o menos complejos, etc. E,
incluso,
la complejidad puede depender de la forma en que se haya estructurado el campo
conceptual en el que nos movemos.
Por lo tanto, la estructura en red puede
referirse o reflejar 3 aspectos o niveles distintos del hipertexto:
-
Nivel de usuario: para representar la estructura de
posible lectura y uso, esto es, la estructura de navegación que comprende aspectos como la
interfaz de usuario,
mecanismos y herramientas de navegación que
incluyen visitas guiadas, mecanismos de vuelta atrás, mecanismos de búsqueda y
recuperación, etc. (Este nivel se correspondería con la llamada
arquitectura navegacional que se puede representar por medio de
mapas de navegación). He aquí un ejemplo del
Mapa de
navegación de este hipertexto.
-
Nivel conceptual: para representar las estructura del
conocimiento o estructura conceptual de la información ofrecida. (Este nivel
se corresponde con la llamada arquitectura lógica de la información y se puede
representar por medio de sumarios e índices, tablas de contenido,
mapas
temáticos, mapas conceptuales, etc.). He
aquí un ejemplo del Índice, Menú o Tabla de Contenido de este
hipertexto, del Mapa conceptual y del
Índice Temático e
Índice de Autores.
-
Nivel físico o formal: para representar los aspectos de
almacenamiento de la información, la morfología de los nodos y sus
relaciones, los sistemas y herramientas de hipermedia, las aplicaciones
utilizadas y su puesta en marcha dinámica, los lenguajes de marcas para hiperdocumentos,
etc. (Este nivel se corresponde con la arquitectura física y propiamente
funcional del hipertexto y se representaría por medio del árbol de
directorios, subdirectorios y documentos con las correspondientes extensiones
de archivo que conforman este hipertexto).
Cualquier tipo de organización hipertextual,
por muy complicada que sea, se puede representar
gráficamente. Para ello, se suelen utilizar diagramas, árboles, grafos o redes.

Fuente de las imágenes: elaboración
propia a partir de la estructura hipertextual de esta tesis

Fuente de las imágenes: la de la izquierda es elaboración
propia a partir de la estructura hipertextual de esta tesis y la de la derecha está
extraída de:
Fundación Sidar
Bibliografía
CARIDAD, M.; MOSCOSO, P. Los
sistemas de hipertextos e hipermedios: una nueva aplicación en informática
documental. Salamanca, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1991.
CODINA, Lluis. El libro digital y la WWW. Madrid, Tauro Ediciones,
2000. [Volver]
CODINA, Lluis.
“H de Hypertext, o la teoría de los
hipertextos revisitada”. Cuadernos de Documentación Multimedia. Nº
6-7, 1997-1998.
http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista//cuad6-7/codina.htm
RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, A. Navegar por la información. Madrid, Fundesco,1991.
-

|